Friday, March 13, 2009

Habemus Chambeishon!

Bueno, desde el lunes que empecé en una nueva chamba, gracias a la mafiosa de Flores, que la ando supliendo en lo que ella anda en hiatus mental. Nomás vengo medio tiempo (gracias al cielo), y ya tengo en qué ocupar mis mañanas. Las tardes las ocupo pa dormir.

Lo que no me explico es: si este nuevo trabajo está a dos minutos de mi casa, por qué cangrejos me tengo que parar a las siete y media de la mañana para llegar a las nueve! Maldito tráfico de la carretera. Debería ser capaz de pararme al dos para las nueve y hasta llegar temprano a la oficina. Bueno no tanto, porque uno tiene que bañarse por lo menos. Pero a las ocho de perdidita no?

Tengo mi cubiculito compartido con otros dos monitos, un guey de apodo Carbas, y una cagante inoportuna que es la típica que estás en llamas chambeando y viene y te quiere platicar de su primo o comentarte que ama comer mariscos. Y es estorbosa como la madre. Somos tres en un cubículo y ella decide poner su silla a la mitad del cubículo y las nalgas hasta adelante de la silla pa que nadie pase. Carbas y yo prácticamente metidos abajo del escritorio y esta vieja con sus anchas posaderas a las anchas de la entrada del cubículo. Por lo que me han contado ya le han dado sus madrazos a su silla y ya le dijeron que quite su humanidad del camino, pero no hace caso. Pero bueno, creo que es de las que no suele estar de fijo en la oficina así que el cubículo lo suelo tener pa mi solita. Me falta decorarlo, sólo que no sé qué tanta cháchara le voy a meter. Un borrego, obvio. Y un corazón sagrado. Tal vez una máscara de Blue Demon. Oh, las posibilidades de un cubículo nuevo!

Me traje un ventiladorcito bien chingón miniatura pero que sopla como el huracán Katrina porque en la oficina no hay ventanas (arquitectos tarados) y hace un calorón de la chingada, y yo que vivo en la menopausia está de la jodida eso. Pero gracias a mi mini Katrina, ya tengo ventilación constante. Y también ya me traje mi mate. Hay que beber algo mientras se chambea. Igual y los viernes pueden ser viernes de anforita y le echo piquetito al café.

Ah y el pinche poli de la entrada no me quiere dejar pasar!!! Ni meter mi carro en el estacionamiento de la oficina!!! No entiende que ya tengo lugar asignado el idiota y diario llego y es "a dónde va?". No pinche mame. Lo quiero atropellar. Además el estacionamiento es un desmadre, porque se estacionan como elefantitos, tons cuando quieres salir, tienes que ver qué carros están atrás de tí y decirles que los quiten pa que puedas sacar el tuyo. Yo opino que una inversión en un changuito que se quede las llaves y mueva los carros sería muy buena. Pero bueno, es mi mera opinión.

Ya acabé con las quejas creo. Pero está bien padre el ambiente, y tengo doooos horotas de comida, las cuales ahorita no me sirven de nada porque como me voy a las dos pus es como si tuviera veinte horas de comida. Pero imagínense, viviendo cerquitas, me podría ir a comer diario a mi casa, comer en diez minutos, y dormirme! Y los viernes salen a las tres (lo cual, de nuevo, no me sirve aún). Y además empecé con un puente en la oficina. Si saliera de puente, sería buenísimo que me voy a las dos y no tener que venir el lunes.

A ver conforme vaya conociendo a todos los que aquí, porque obviamente no me he podido aprender el nombre de más de la mitad, qué tantas historias salen. Mi amiga ya me ha contado de varios de aquí, hay la cagante, el metiche chismoso, el sabelotodo, la que se comió la torta antes del recreo y una histérica estresada. Me pregunto cuál acabaré siendo yo...

3 comments:

Pater Noster said...

por qué cangrejos te lo preguntas?? jajajjaa

latín infernal el tuyo

stay brutal

Darth Tater said...

Diablos Vampi, ¿cómo podrías ir a comer a tu casa con el endemoniado tráfico? aunque pensando en la posibilidad de la siesta vale la pena... qué envidia. Y por otro lado, qué adrenalina cuando entras a un trabajo nuevo: conocer gente nueva, adaptarte al lugar, al trabajo, vale la pena, no?
Ahora recomiéndame lugares para Semana Santa. Que no sea esquiar ni playa, ¡algo diferente me encantaría!
Luego te cuento del globo, me fui este fin de semana y estuvo padre, ¡hasta pinturas rupestres vi!
Cuídate Vampi y olvida el feisbuk y el chat en el nuevo trabajo, ¡no te vayan a dar el susto!

Desconocida said...

chales vampi creo que yo soy como la gorda nalgona de tu compañera que quiere platicar de su primo y de que le encanta comer camarones ni modo que los jodidos de mi oficina me aguanten.

Saluditos