Los Desmadres del Body Paint

Bueno... pus pa los que no saben qué es bodypainting (porque ya van varios que me preguntan), básicamente es que te agarran en tu traje de cumpleaños y te pintan cositas o sólidos o como se les ocurra. Generalmente lo usan para promocionar marcas o en arte bien acá.




En fin... a su querida Vampi se le ocurrió meterse en una cosa de bodypainting de una chava para su proyecto de titulación. Por lo que explicó la chava el chiste era mezclarse con el fondo. Me cita hoy a las 4. Para esto me dice, llévate unos pants o algo que no te importe que se manche, pero no te preocupes, que se quita con la lavada. Ta bien.

Llego y estaban poniendo luces y todo el desmadre. Había otra morrita aparte de mí. Estaba la chava del proyecto, otra monita, un guey que va por el sobrenombre de el Chelas, un mono de nombre Iván y un guey bastante bonito que le decían el Fabuloso. Pregunta la chava que quién quería ir primero, a lo que la morrita que también se iba a pintar contestó que yo primero que porque quería ver. Ah, qué pinche comodina, pus bueno. Voy de primis. Me quito la playera y todo el desmadre y me empiezan a pintar. Me pintan los ojos, el cuello, la panza, la mitad de las nachas y la mitad de las patas de negro azabache. La pintura en cuestión era de base de agua, y la chava me seguía asegurando que se quitaba bien fácil. Se dedican a pintarme entre la otra monita y el Fabuloso (al cual tengo la leve sospecha que después de verme en semejante situación ya no dejé ni tantito a la imaginación). Terminan y empieza el Chelas a tomar las fotos. Todo bien, todo bien. En lo que a mí me tomaban fotitos a la otra chava la empiezan a pintar de cuerpo enterito.

Casi 400 fotos después me dicen, mmm creo que ya acabamos contigo. Supongo que de 400 fotos UNA buena logré sacar. Terminamos, me visto y me reitera una vez más la chavita que se quita fácil la pintura. A estas alturas de tanto que me lo dijo se lo empecé a creer. Me pongo mis calcetines y neeeeegros, pero bueno, se quita según la chava. Me puse lo que quedaba de ropa y vi un poco de cómo le tomaban fotos a la otra chava. Finalmente me dirijo a mi casa como a las ocho porque mi plan era bañarme y dirigirme al Bull con Mallilla y Maikol.

Llego a mi casa, le doy de cenar a la Candy y le marco a Maikol, el cual contesta, pssss me quedé de ver con todos en las Elodias, ahí cae no? Madres. No tengo cómo cangrejos ir para allá. Ni modo, la neta no pienso pagar 400 pesos ida y vuelta de antro más cover. Mejor me quedo de malas a chupar solita en mi casa. Al ratito me llega un mensaje de Mallilla que a la mera hora ya tampoco pudo ir. Pus chin.

Me subo a mi cuarto y me dedico a conectarme y a chupar una botella de Boone's que fue lo que encontré en el refri. Ya por ahí de las diez y media once digo mmmm pus creo que me voy a bañar a quitarme esta madre. Aquí empieza lo bueno.

Pongo el agua y todo el pedo y me meto. Me remojo tantito pensando ps que se afloje tantito la pintura. Como a los cinco minutos me empiezo a tallar con las manos para quitármela. Supuse que así de fácil sería si tantas veces me afirmaron que se quitaba nomás de verla.

Se quitaba... pero de a poquito. Me tallo las piernas y veo como que nomás se recorre de arriba para abajo la pintura pero no se cae. Pienso bueeeeno me dieron un chingo de capas de pintura, no hay por qué azotarse aún.

A los diez minutos de tallarme una pinche pata y ver que seguía negra ya pensé, bueno, es que hay que usar un estropajito pa que salga esta madre. Agarro una esponja y me empiezo a tallar con harta enjundia. Meeeeedio se empezó a caer pero en vez de ver mi patita blanca la veía gris. Mi pinche piel absorbió la pintura.

De nuevo trato de verme positiva y pienso bueeeno orita le echo watts al agua caliente y que se salga lo que ya me comí de pintura, mientras le raspo a lo demás.

Debo haberme zumbado otros diez minutos en la otra pata, veinte en la panzota y como diez más en el cuello. Ora, nótese que no soy contorsionista y no puedo ver mi espalda, por lo que no estaba viendo bien en dónde cangrejos estaba la pintura ni dónde andaba tallando a ciencia cierta. Lo mismo con el cuello. Nomás medio sabía con las patas porque me di a la tarea de sentarme en el suelo y ponerme con en posición almeja con una pata en la cabeza para ver atrás de la pantorrilla y ver si me había quitado todo.

Se me ocurre entonces tratar de ver cómo diablos iba mi espalda, que ya me ardía como si me hubiera quedado dormida en el sol como seis horas. El estropajo ya estaba negro así que asumí que me había quitado la pintura. El horror cuando descubrí que no sólo no la había quitado, sino que la había recorrido y ahora más de la mitad de mi chaparro cuerpo estaba cubierto de negro. Esta madre es como la peste, o como chapopote de ese que echaban en el Columbia a la hora de deportes y nos quedábamos pegados al suelo de chamacos.

Le empiezo a tallar para abajo con la esperanza de que se resbale la chingadera esta y se me quite. Nomás consigo quedar gris completamente. Ya no quería ni saber cómo tenía la cara (recuerden compañeros, también tenía pintura en los ojos). Evoluciono del estropajo a un cepillo con harto jabón líquido y me dedico a seguir tallando como cuarenta minutos más. A estas alturas creo que ya empiezo a ver más roja el agua de sangre que negra de pintura. Eso sí, el mármol del puto baño neeeeeeeeegro. Cuánta pinche pintura me pusieron, no sé, pero dio para pintar el baño y para pintarme lo que no me habían pintado.

Salgo, me seco, me pongo la pijama y me voy a ver al espejo. Dios de mi vida. LA CARA TOTALMENTE GRIS. Parecía la Llorona del puto Kilómetro 31 mano, nomacayu. Con qué me tallo, con qué me tallo... y veo entre mis millones de curiosidades unas toallitas anti granitos. Asumí que si lo que pasó fue que mis condenados poros de tragaron la pintura, pus esto lo debe sacar. Nota: si ya te tallaste un rato la piel y aparte te vuelves a tallar con algo que parece ácido, te va a arder como la chingada. Entre ojos llorosos y cachetes cuasi sangrantes me sigo tallando lo que queda del cuello. Se me quitó de la cara y el cuello finalmente. Eso como cinco o seis toallitas después. Me dispongo a tallarme la espalda, pero a la segunda toallita veo que nomás no se quita y ya me doy por vencida porque ya sentía que se me estaban herniando todos los discos de semejante posición. Creo que necesito un hombre en tanga bello y sensual que venga a tallarme. Debí haber ido al Golden maldita sea.

Y ahora mis queridos colegas escribo este post ante ustedes gris y malhumorada y ni remotamente borrachita porque el Boone's tiene menos grados de alcohol que un Boing de guayaba. A ver dentro de cuántas pinches lavadas y talladas con zacate de ese de aluminio para limpiar las estufas sale esta madre. Y ya quiero ver cuando laven la ropa...